Recuerdos: LaMamá

Son las tres de la tarde y estoy empezando a preparar la comida, otro sábado que no comeremos hasta las cuatro.

La casa está tranquila. Mi marido, que acaba de venir de trabajar, se ha quedado dormido en el sofá y los niños juegan en su cuarto. Unos rayos de sol calentitos entran por la ventana de la cocina mientras amaso la carne picada con el resto de ingredientes para hacer filetes rusos. …Y de repente voy y me acuerdo de mi abuela. Y me entran unas ganas locas de escribir sobre ella.

Los primeros recuerdos de mi vida están situados en la Avda. Madrid de Zaragoza, un edificio de dos pisos con una vivienda por planta y un señor que arreglaba relojes en el hueco de la escalera. Un piso grande con un gran pasillo azul que tenía una ventana por la que entraba mucha luz con un taquillón en el recibidor (no sé porque siempre me ha parecido muy graciosa la palabra taquillón, que mueble más feo, ¡jeje!). Allí vivíamos, además de un loro chillón y mis amigos invisibles, ElPapá, LaMamá y los que entonces creía mis hermanos, tres chicas y un chico, mayorcísimos y lejanísimos, … bueno quizá Fina un poco menos porque tenía polio y pasaba más tiempo en casa contándome las mismas historias de miedo que me encantaban. Pero la que siempre estaba era LaMamá cuidando y mimando  a su hija-nieta.

zaragoza el pilar

Mi  abuela. “¡De joven la confundían con una alemana!”, me decían. Rubia (de bote, imagino), de enormes ojos azules y cara cuadrada, con piernas muy delgadas para su cuerpo redondito.  Con  enormes pechos donde guardaba el dinero y esos pañuelos de tela con los que me sonaba los mocos y que tenían un olor fuerte, fuerte.

Tengo un vago recuerdo del día en que, sentados en  los sillones de eskay del salón, me dijeron que mi madre era la que yo creía mi hermana mayor. Y me presentaron a mi padre que, según me decían, había estado de viaje.  Y nos mudamos a otra ciudad.

El viento se llevo esa casa, y ellos se mudaron varias veces, pero yo iba todos los veranos  a pasarlos con ella. Y me seguía mimando. ¡Cuántos recuerdos cotidianos maravillosos! Sin duda, la mejor abuela del mundo 🙂

Pero  la vida se le escapó rápidamente cuando yo empezaba mi vida de adulta, con mis erróneas prioridades y mi egoísmo. Y no me despedí de ella.

Por eso. Porque dentro de poco será su cumpleaños (en mayo como las flores). Porque creo que las personas viven mientras haya alguien que las recuerde, he querido escribir sobre ella.

 

lamama 001[1]

 

Primavera

9 respuestas a “Recuerdos: LaMamá

Add yours

  1. ¡Qué entrañable!.
    He revivido tiempos, en mi caso, felices. No teníamos nada, pero teníamos de TODO.
    ¡Teníamos AMOR!.
    Gracias por llevarme a viejos recuerdos.
    Un saludo desde Tenerife.

    Me gusta

    1. Gracias por tu comentario Jesús. Y sí, hay que procurar quedarse siempre con los buenos recuerdos (pero no olvidar los malos que de esos tb se aprende, aunque los guardes profundo, profundo).
      Un besote.

      Me gusta

  2. Que bonito Vicky, yo también tengo recuerdos preciosos de mi abuela Feli, ella sola manejaba toda una familia(que también es la tuya) y tenia amor para todos nosotros y no eramos pocos, que tiempos….un beso guapa!

    Me gusta

  3. Hola Vicky..me ha gustado mucho.tu carta sobre tu abuela..esta llena de ternura,sobre esa figura que te marco en tu niñez..yo no conoci a nimguno vamos a decirlo asi..el unico recuerdo es irme a despedirme de mi abuela ..por parte de mi padre..porque yo me iba a Hondarribia de colonias y ella estaba mal..pero no tengo el recuerdo ni de besos ni de caricias.muchos besos.

    Me gusta

  4. Hola Vicky!!

    Bonitas palabras para recordar a nuestros familiares. Siempre he dicho que nos hacemos mayores cuando tenemos esa necesidad de volver a tener contacto con la familia (si todavía la tenemos) o cuando añoramos los momentos pasados.

    Muchas gracias por tus palabras

    Me gusta

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.

Subir ↑